La insuficiencia renal se diagnostica cuando sus riñones están funcionando a un 15 por ciento o menos de su capacidad normal.
En esta etapa, la función renal debe ser reemplazada, ya sea mediante un trasplante o, más comúnmente, con diálisis. La hemodiálisis funciona limpiando la sangre fuera de su cuerpo y puede realizarla en la clínica o en su hogar; mientras que la diálisis peritoneal utiliza la membrana peritoneal de su propio cuerpo como filtro y puede realizarla donde sea que le resulte conveniente. Además, en este último caso, cuenta con la posibilidad de hacerlo durante el día como tratamiento de diálisis peritoneal continua ambulatoria, o durante la noche a través de la diálisis peritoneal automatizada.